Descartada la opción del Lago Turkana decidimos dirigirnos a Turmi, el principal poblado de la tribu Hamer. Pasaremos en él 5 días. Yo les comenté a mis compañeros lo agradable que fueron los días que pasé el año anterior aquí. Nada más llegar a la zona de acampada pregunto por Gadi, la chica hamer que conocí el año pasado. Casualmente estaba allí al lado y enseguida me reconoció. Está con su hijo y nos ofrecemos a llevarla en el coche hasta su poblado, situado como a unos 3 km de Turmi. El chófer nos da a a entender que en su coche no sube una hamer y yo le hago entender que le guste o no la llevaremos hasta su choza.
Esta vez no acamparemos donde el año anterior, sino en la otra zona de acampada a cargo de un hamer que se llama Bodo. Está algo retirada de Turmi, como a unos 3 km al lado de un río que en esta época está seco. En época de lluvias a veces es imposible llegar a Turmi a consecuencia del caudal que lleva el río. Nos cuentan que un año hubo una riada que arrasó la zona de acampada y se llevó tiendas y coches. No hubo muertos ya que se pudo prever y evacuar el lugar.
Cuando estamos montando las tiendas aparece un chico hamer que se llama Gele. Me dice que me recuerda del año pasado, pues él estaba con otro grupo de turistas pero se acuerda de verme por el poblado. Tiene 17 años y es de los pocos hamer que ha ido a la escuela. Sabe leer y escribir perfectamente y habla muy bien inglés. Se ofrece a estar con nosotros en Turmi y aceptamos encantados. El guía que traemos desde Jinka ya ha colmado nuestra paciencia. No vuelve a pedir dinero para comprar comida y le decimos que prescindimos de sus servicios. Para visitar los poblados hamer nadie mejor que Gele de acompañante.
Pasamos unos días muy agradables en Turmi. Tenemos un cocinero que se llama Tadesse. Vive en Turmi, aunque es no es hamer, sino Oromo. Está casado con una hamer y es encantador. Hicimos gran amistad con él. Un día Tadesse tenía que ir a comprar comida a Turmi y nuestro chófer le dijo que no le llevaba, que hiciera los 3 km de ida y otros tantos de vuelta cargado con la comida. Es la gota que colma el vaso. Le digo que como no le lleve a por la comida avisaremos a su agencia para que nos envíe otro chófer y haremos lo posible par que no vuelva a trabajar con españoles. La advertencia parece que surge efecto. Este año hay una novedad, y es que han puesto teléfono público en Turmi, vía satélite.
Visitamos varios poblados hamer acompañados por Gele, aunque tampoco coincide esta vez que se celebre la ceremonia del salto del toro. Gele nos lleva a su poblado y visitamos su choza y la de su familia. Conocemos a su hermana. Me sorprende que con 17 años ya tiene su fusil kalashnikov.
También vuelvo a ver a algunas personas que ya conocí el año pasado, como Xilo. Es una niña hamer que estuvo con nosotros el año pasado. Aquí aparece junto a Gadi.
Un día aprovechamos para visitar Dimeka, el poblado hamer más importante después de Turmi. Vamos el día del mercado, que compite en importancia con el de Turmi.
Otro día vamos a visitar a Gadi. Cuando llegamos está sola en su choza y se alegra mucho al vernos. Todo bien hasta que llega el marido borracho como una cuba. A la pobre Gadi le cambia la cara. No vuelve a sonreír. Seguro que ha sido un matrimonio de conveniencia arreglado por los padres. La vida tiene que ser muy dura para ella al lado de alguien así.
Otro día visitamos la choza de otra hamer que también ví el año anterior. Nos invita a café (es un café muy rico de sabor dulce). Le damos algunos regalos y a la hora de despedirnos de dice que le tenemos que dar dinero. Le digo que ya le hemos dado los regalos y dice que no es suficiente, que necesita dinero para comprar comida. Por experiencia yo sabía que ese dinero iría destinado a que el marido se emborrachase. No estoy dispuesto a darle ni un birr más y le digo que ya le hemos dado suficiente. Me mira muy seria. Es más alta que yo; debe de medir 1,80 m y sus manos, acostumbradas a cargar leña, son enormes. Pienso que de un guantazo me puede tumbar fácilmente. Para salir del paso le digo que no tenemos más dinero allí, pero que iremos al cámping y se lo daremos otro día, cosa que evidentemente no hacemos.
La estancia en Turmi toca a su fin. La estancia ha sido muy agradable. Nos despedimos de Gele y de Tadesse y nos dirigimos hacia Arba Minch, ya de vuelta a Addis Abeba.