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7 jul 2013

TERCER VIAJE A CHINA: Kashgar

Por fin llega el día en el que voy a conocer Kashgar, la mítica ciudad de la Ruta de la Seda. Se trata de una ciudad de 400.000 habitantes situada en el borde suroeste del desierto de Taklamakan y a 1500 km al sur de Urumqi. Jugó un papel muy importante en la antigua Ruta de la Seda. Es famosa, entre otras cosas, por su mercado-bazar y el mercado de ganados de los domingos. 
No he vuelto a saber desde hace días sobre la situación actual en la ciudad tras los atentados de Julio. Espero que todo siga en calma, pero hace días que no ha tenido opción de conectarme a internet. Madrugo por la mañana para coger uno de los primeros vuelos que desde Urumqi se dirigen allí. El avión va bordeando el desierto de Taklamakan, el segundo desierto de dunas más extenso del mundo tras el Sáhara. Como voy sentado en la parte derecha del avión tengo la esperanza de poder ver el mar de dunas, pero al poco de despegar una cerrada calima da al traste con mis ilusiones. El vuelo tarda casi dos horas .
Tras aterrizar y recoger el equipaje lo primero que llama la atención es que la mayoría de la población es de raza uigur y se ven muchos menos chinos han que en Urumqi. Pensaba que habría más vigilancia policial por el tema de los atentados, pero sólo veo algún policía en el aeropuerto de los Leopardos de la Nieves, las fuerzas antiterroristas chinas.
Cojo un autobús y le señalo al conductor una hoja con el nombre del hotel escrito en uigur. más tarde me para en la misma puerta del hotel, un establecimiento muy céntrico. Y nada más dejar el equipaje salgo a conocer la ciudad. La parte antigua no está lejos. Ocupa cada vez menos espacio porque las construcciones de nuevos edificios van devorando lo que antes era parte antigua, lo cual es una pena. 
Tras un corto paseo accedo por fin a la ciudad antigua. Tengo la impresión de encontrarme en cualquier país del norte de Africa. Algunas mujeres llevan una especie de paño granate que les cubre toda la cabeza. No sé cómo pueden ver. A nadie le molesta que le haga fotos y no me he encontrado a ningún turista occidental La sensación de seguridad es total. Nadie intenta venderte nada y la gente no repara en uno por ser extranjero. Me siento a gusto y contento. 











Por fin llego a la plaza donde se halla la mezquita Id Qah, la mayor de China. Se construyó en el siglo XV y en su interior alberga una escuela coránica y baños públicos. Se puede visitar, siempre que no coincida con la hora del rezo. Aprovecho para visitarla y en su interior hay unos jardines que hacen la estancia muy agradable. La plaza donde se halla la mezquita siempre está llena de gente y es un auténtico espectáculo por la variedad de razas y vestimentas diferentes que se pueden ver, entre ellos varios afganos (Afganistán se encuentra a poco más de 100 km en línea recta). El resto del día lo dedico a callejear por la parte antigua de esta interesante ciudad.
























                                          
                                          
Por la noche ceno en un típico restaurante cerca del hotel y llegan dos chicos que por sus ropas parecen paquistaníes. Me dicen que han llegado en autobús en un viaje de varios días desde Islamabad. Les pregunto por la seguridad del trayecto, ya que la carretera (llamada Karakorum Highway) pasa muy cerca de zonas conflictivas en Pakistán, y me dicen que no hay ningún problema. Pero claro, ellos son paquistaníes y no sé si con un occidental ocurriría igual.Me animan a hacer alguna vez ese viaje y la verdad es que tengo muchísimas ganas, pero quizás actualmente no sea el momento ideal.
El día siguiente (viernes) acudo de nuevo a la mezquita Id Qah para ver el rezo. A media mañana comienzan a acudir cada vez más hombres a la mezquita. Las mujeres esperan en la plaza y no pasan dentro.  Desde algún tiempo antes se escuchan las llamadas del almuecín a la oración. Vuelvo a sentir la impresión de encontrarme en cualquier país del norte de Africa. Al finalizar la oración llega a la plaza un grupo de chicas vistosamente vestidas. Les saludo con el saludo uigur y me dicen que no, por lo que comprendo que no se trata de uigures; tal vez kazajas


  





Al día siguiente lo empleo para visitar el mercado de especias, ropa, utensilios, etc. Se halla en un gran bazar cubierto a las afueras de la ciudad. Es bastante grande y de visita con bastante comodidad, pues nadie te atosiga para tratar de venderte algo.







                                           

Hay dentro varios puestos donde venden rodajas de sandía. Como toda la fruta de Xinjiang está riquísima, muy dulce.


El penúltimo día de estancia en Kashgar lo voy a dedicar a visitar el mercado de ganados, una de sus principales atracciones. Se celebra desde hace 2000 años ya él llega gente de toda la región. Hay muchas ovejas, burros, yaks, cabras, etc. La gente hace sus tratos. También hay varios sitios para comer, barberos, etc.












                                          

Al regreso a Kashgar aprovecho para dar el último paseo por la ciudad, esta vez por la parte más nueva. Se están construyendo bastantes barrios nuevos con edificios altos y modernos. Pienso que en pocos años la ciudad antigua será algo que sólo se pueda ver en fotos.
Paso por el lugar donde ocurrió el atentado hace poco más de un mes. Hay un retén de las fuerzas especiales antiterroristas chinas. Ahora la sensación de tranquilidad es absoluta. En los cuatro días que he pasado en Kashgar, así como los que he estado en el Xinjiang, jamás he sentido sensación alguna de inseguridad y sus gentes han sido afables y hospitalarias.
Hago planes para volver más veces aquí. Me gustaría llegar desde Kashgar hasta Tashkourgán, muy cerca de la frontera con Pakistán y con Afganistán, y visitar de camino el lago Karakul. También llegar hasta Hotan, otra ciudad uigur en el borde del desierto de Taklamakan.
Al día siguiente madrugo para dirigirme al aeropuerto. Tengo que coger un vuelo con destino a Urumqi y hacer escala para coger otro que me llevará hasta Pekín. En el viaje entre Kahgar y Urumqi sentado en la parte izquierda del avión. El cielo está completamente despejado y hace un día muy soleado. Al poco de salir de Kashgar aparece a la izquierda una cordillera montañosa con grandes montañas completamente nevadas. Se trata de la cordillera Thien Shan, con picos de hasta 7000 m de altitud. Hace frontera entre China y Kirguistán. Las imágenes son espectaculares, con el sol brillando en los glaciares.
Tras una corta escala en Urumqui cojo el siguiente avión hasta Pekín. Llego a media tarde después de haber pasado casi dos semanas fuera. Tras varios viajes a China en llegar a Pekín me resulta algo muy familiar. Ahora descansaré dos o tres días en Pekín y comenzará la segunda parte de mi viaje. la región de Yunán, muy diferente tanto paisajísticamente como culturalmente al Xinjiang.


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