Llego a Yangshuo por la tarde. Ya había estado aquí dos años atrás, cuando realicé el crucero por el río Li desde Guilin. Ahora permaneceré aquí cinco días. Como ya he comentado en otra entrada lo que merece la pena, a mi parecer, de Yanghshuo son los paisajes de los alrededores. El pueblo en sí lo encuentro demasiado turístico, con sus tiendas de recuerdos, restaurantes y cafés con menús occidentales, heladerías, discotecas, riadas de turistas, etc.
Me dirijo al hotel que reservé por internet y se presenta un problema: allí no saben nada de mi reserva. En un lugar tan turístico y con tal número de hoteles no es difícil encontrar otro al lado de éste. Acto seguido voy a una tienda de alquiler de bicicletas, pues el mejor modo de recorrer los alrededores es alquilar una bicicleta y perderse por los caminos. En la oficina de alquiler de bicicletas uno de los chicos es italiano. Lleva varios meses viviendo aquí y piensa quedarse mucho más tiempo. Hablamos de la difícil situación económica que están atravesando tanto España como Italia.
Esta misma tarde comienzo mi primera excursión: la Montaña de la Luna. Se trata de un arco kárstico con forma de medialuna en la cima de una montaña. Se halla a unos 8 km de Yangsuo. Es la primera vez que voy montado en bicicleta en China y no me acabo de acostumbrar. Aparecen coches por todos lados, cada vez que tengo que girar a la izquierda es un verdadero drama, mirando en todas las direcciones y asegurándome de que ningún coche o motocicleta me llevará por delante. Los 8 km hasta la montaña transcurren por una carretera con mucho tráfico. Continuamente me están adelantando coches y autobuses, pasando algunos a una distancia de mí que roza la temeridad. Cuando por fin llego al aparcamiento de la montaña me quedo mucho más tranquilo. Dejo la bicicleta atada a una farola y me dispongo a subir los casi 900 escalones hasta la cima. En el aparcamiento hay varias señoras ya mayores con neveras portátiles que en cuanto llega un turista comienzan a subir detrás de él. Llego la cima de la montaña empapado en sudor, pues debido a su latitud, en el sur de China, el clima es muy húmedo y caluroso. Una vez arriba uno se da cuenta de que el esfuerzo ha merecido la pena. Las vistas son espectaculares. Al poco tiempo de llegar a la cumbre aparece la señora con la nevera, donde trae los botes fríos de bebida. No puedo por menos que cogerle un par de botes, primero porque con el calor y el esfuerzo de la subida estoy deshidratado Y después porque alguien que tiene el valor de subir casi 900 escalones con una nevera llena de botes acuestas tiene merecido que reconozcan su proeza.
En el camino de regreso a Yangshuo se repiten los paisajes bucólicos.
La carretera atraviesa el río Yulong.
Al día siguiente voy a realizar una excursión por el río Yulong. Iré en bicicleta hasta el pueblo de Baisha por la orilla izquierda, cruzaré allí el río bajaré por la orilla derecha, volveré a cruzarlo y regresaré a Yangshuo. En el camino a Baisha se repiten los paisajes de postal.
Tras cruzar el río en Baisha comienzo el regreso por la orilla opuesta.
Unos kilómetros después se pasa por el antiguo Puente del Dragón.
Este es un lugar típico para venir a hacerse fotos los recién casados.
Continuo mi descenso por la orilla derecha del Río disfrutando del paisaje.
Más adelante vuelva cruzar el río por otro puente y finaliza mi excursión enYangshuo.
Mi última excursión en este lugar va a ser hasta Xingping, a 17 km. Primero se pasa por el pueblo de Fuli, a 4 km. En Xingping hay opción de coger uno de los barcos turísticos que descienden hasta Yangshuo, pero yo prefiero volver en bicicleta tal como he venido.
Y aquí termina mio estancia en Yangshuo. Al día siguiente volverá a Guilin para coger un avión que me llevará a Shanghai y luego tomaré un tren hasta Suzhou.