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26 dic 2013

PRIMER VIAJE A ETIOPIA: Yabelo - Tribu Borana

Tras pernoctar en Konso nos dirigimos hacia Yabelo, al sureste, para visitar a los borana. Es un pueblo dedicado principalmente al pastoreo. También son polígamos, como otros pueblos que hemos visitado anteriormente. Este pueblo, al igual que varios de los ya visitados, son muy belicosos. En el año 2005, en mi último viaje a Etiopía, un grupo borana cruzó la frontera con Kenia y atacó un poblado de los gabra, sus eternos rivales, provocando casi 100 muertos. En 2013 se repitió otro ataque que causó 55 muertos entre los gabra.
Los pozos, al vivir en un territorio semiárido, tienen vital importancia para ellos. Son famosos (los pozos) por el método que emplean para extraer el agua. Tienen varias terrazas escalonadas y en cada una se colocan varios hombres que se van pasando los recipientes con el agua mientras cantan. Es como una noria humana. Algunos tienen 40 m de profundidad.
Legamos a Yabelo el día de mercado, muy parecido a los que ya hemos conocido en el viaje.






Después nos dirigimos a visitar uno de los "pozos cantantes".  Pasamos por un poblado y acto seguido vamos a ver uno de los pozos de los alrededores. Pero antes de llegar al pozo aparecieron dos  
lugareños en una moto y dijeron que había que pagar por verlo, y además un precio muy elevado. Tras un rato discutiendo sobre la ilegalidad de lo que hacen optamos por desistir y marcharnos. Aquí tenemos todas las de perder.
Desde allí nos dirigimos hasta el cráter de Chew Bet muy cerca de la frontera a con Kenia, donde se halla el mayor depósito de sal de Etiopía. Los borana extraen sal de él. Es un trabajo muy duro. El agua es de un color negruzco. Remueven la sal del fondo con unas pértigas y después tienen que sumergirse para extraerla. Tienen todo el cuerpo cubierto de sal. Hay gente que queda ciega.


Dejo un enlace a un vídeo que muestra el trabajo en este cráter:



23 dic 2013

PRIMER VIAJE A ETIOPIA: Key Afar - Tribus Bana y Tsemae

Hoy nos dirigiremos desde Jinka a Key Afar, a unos 40 km, pues es el día de mercado semanal donde acuden miembros de la tribu Bana. Los Bana están emparentados con los Hamer. Su estética, peinados y modo de vestir es muy parecido. También sus danzas y rituales son similares. Realizan la ceremonia del salto del toro. Se dedican principalmente al pastoreo y algo de agricultura para consumo propio.
Los Bana no son más pacíficos que algunas de las tribus que hemos visitado, como los Mursi o los Dassanech. Aún así tienen los inevitables conflictos con las tribus vecinas, mursi y bodi, por el tema de robos del ganado. Todos los hombres llevan, como en el resto de las tribus, un fusil encima.
El mercado es muy parecido al de Turmi o Dimeka. Algo que me llamó la atención es que la policía impide a los hombres  llevar el fusil el día del mercado. Es debido a que una vez, debido al alcohol (como ocurre en Turmi) hubo un enfrentamiento con varios heridos o muertos por arma de fuego, por lo que a partir de entonces se prohibieron en los días de mercado.




















Desde Key Afar nos dirigimos hasta Konso, donde dormiremos. Antes pasaremos por Weyto para volver a coger la pista que ya hicimos en el viaje de ida. Entre Key Afar y Weyto vive la tribu Tsemae. Al igual que otras tribus son pastores y una pequeña parte de agricultura de subsistencia. Son famosos por la miel que elaboran, que goza de fama en la región. Realizamos una breve parada para visitar uno de los poblados tsemae.





Acto seguido continuamos hacia Konso, donde dormiremos. Desde aquí nos dirigiremos a Yabelo para visitar a los Borana.





19 dic 2013

PRIMER VIAJE A ETIOPIA: Jinka - Tribu Ari

Tras visitar a los Mursis nos dirigimos a Jinka, la principal población en la zona después de Konso. Es más bien un pueblo con un par de hoteles y poco más. Tiene también una pista de aterrizaje que está en medio del pueblo. Es de hierba y las vacas están pastando allí. Un par de días a la semana hay un vuelo procedente de Addis. Cuando el avión se aproxima la policía despeja la pista de animales y personas. Jinka estás en la falda de una montaña y los aviones aterrizan de cara al monte. Si alguno tiene problema en el frenado se estampa contra el pueblo. Pienso que hay que tener valor para volar hasta allí y lo que no me imaginaba entonces es que dos años después el que aterrizaría allí sería yo.
En el hotel dicen que no hay plazas para todos y unos cuantos decidimos dormir fuera en las tiendas de campaña. La verdad es que viendo como estaban las habitaciones se agradece dormir fuera. Por la noche se vuelven a escuchar los rugidos de los leones del Parque Nacional Mago.
Vuelve de nuevo a llover y nos imaginamos que la pista que lleva a los poblados mursis se habrá vuelto impracticable de nuevo. Llega un grupo de españoles que están desesperados. Por todos los sitios donde han ido no ha parado de llover. No han podido ver a los Surmas y viendo como está lloviendo les será imposible visitar a los Mursis. También han sido testigos de un grave accidente de tráfico con varios muertos y ayudaron a llevar a gente al hospital en su coche. Están muy desanimados y deciden marcharse al día siguiente sin esperar un día más a ver si deja de llover.
Al día siguiente amanece alternando chubascos y momentos en los que no llueve. Vamos a ir a visitar un poblado de la tribu Ari. Los Ari son unos 100.000 individuos y viven en las montañas alrededor de Jinka. Son pastores y agricultores y están considerado los ricos de la región. Salimos hacia el poblado por la tarde a través de pistas, mejores que las del día anterior. Se acaba de celebrar en él el mercado semanal y hay una gran actividad. Nuestra llegada representa todo un acontecimiento. Se nota que no vienen muchos turistas por aquí.







Tras la visita al poblado regresamos a Jinka. Al día siguiente volveremos a Konso, parando en el mercado semanal de Key Afar y visitando a las tribus Bana y Tsemae.



11 dic 2013

PRIMER VIAJE A ETIOPÍA: Tribu Mursi

Por fin llega el día de conocer a la tribu más famosa de Etiopía: los Mursis. Son conocidos sobretodo por los platos de arcilla que llevan las mujeres en los labios y en las orejas. Es una tribu formada por unas 3000 personas. Son principalmente ganaderos y también cultivan algunos productos, como el sorgo.
Es la tribu belicosa por excelencia; continuamente están en conflicto con sus enemigos principales: los bodi, por el norte; los karo, por el este y los buje, por el sur. Realizan frecuentes incursiones para robar ganado de otras tribus con trágicas consecuencias la llegada de las armas de fuego a la zona.
La característica principal por lo que son conocidos es por el plato que llevan las mujeres en el labio inferior. No está muy claro el por qué de esta costumbre. Una teoría dice que era para evitar que fueran raptadas por los traficantes de esclavos, al no resultar ya bellas. El plato se lo comienzan a introducir a las niñas a los 15 años. Les quitan los dientes incisivos inferiores y hacen un orificio en el labio interior, introduciendo platos cada vez más grandes. Los platos son de arcilla y los hacen las mujeres. Cuanto mayor es el plato más dote tiene que pagar el padre del novio al de la novia. Algunos platos miden hasta 20 cm de diámetro. El plato no lo llevan continuamente puesto. Cuando se lo quitan el labio queda colgando. Se lo quitan para comer pero para beber echan el agua sobre el plato.
También tienen merecida fama de ladrones. Para ellos no existe el verbo robar; sólo es cambiar una cosa de sitio. Un guía me comentó una anécdota que ocurrió en uno de sus viajes: un turista le dijo a un mursi que le sacara una foto con otro de  su tribu. Le dejó su cámara y el mursi en vez de hacer la foto salió corriendo con la cámara. El pobre turista no volvió a verla.
La costumbre del plato en el labio también la práctica la tribu surma. Y  igual que esta tribu los mursis realizan torneos de lucha llamados donga. Dos miembros se enfrentan a bastonazos con una larga vara. Algunos llevan protecciones en la cabeza o en las extremidades. No se trata de matar al contrincante sino de que se rinda. De hecho cuando muere algún contrincante el que lo ha matado recibe fuertes represalias. Debido a esta lucha los mursis llevan grandes cicatrices en la cabeza. El ganador puede elegir esposa y recibe el reconocimiento de toda la tribu.
Todos, hombres y mujeres llevan el cuerpo completamente rasurado. Por eso las cuchillas de afeitar son un gran regalo para ellos. También, como en otras tribus de la zona, realizan escarificaciones en su cuerpo, símbolo de haber matado un animal o a un enemigo. Su aspecto es muy tosco y para las otras tribus tienen fama de brutos. Para ellos la muerte de un enemigo se considera un mérito y un honor
Un grave problema es el alcoholismo. Los ingresos obtenidos por el turismo son empleados principalmente en la compra de armas o de alcohol. Es una de las funestas consecuencias que ha producido la civilización en ellos. Encima, el que les venden es de muy mala calidad, adulterado, produciendo como consecuencia casos de ceguera. Es una buena idea el visitar los poblados mursis por la mañana, pues por la tarde la muhos hombres están borrachos. Visitar un poblado con gente borracha y teniendo un arma a la espalda no es muy buena idea. En el segundo viaje que realicé a la zona, el año siguiente, me encontré con un grupo de españoles que el día anterior habían visitado un poblado mursi por la tarde y habían pasado momentos de verdadero temor por su integridad física.
El día anterior a la visita de los Mursis nos encontramos en la zona de acampada junto al río Neri. Hace varios días que no se pueden visitar los poblados debido a la lluvia caída que han convertido las pistas en un auténtico barrizal. Aunque esta tarde no ha llovido nos informan que hoy ha sido imposible llegar también. Por la noche vuelve a llover. Vemos cada vez más negro que podamos visitar a esta tribu. Por la mañana lo sometemos a votación entre el grupo. Una alternativa es visitar poblados de otra tribu,  como los Ari. Para mí sería una decepción no poder visitar la tribu más emblemática de Etiopía. En la votación gana la opción de intentar la visita. Llegaremos hasta donde podamos y si no se puede continuar daremos media vuelta. Los chóferes no dicen nada. Si hemos decidido que queremos ir a visitarlos ellos lo van a intentar. Desde luego que hemos tenido mucha suerte con nuestros conductores. Son unos experimentados profesionales.
Antes de dirigirnos hacia los poblados tenemos que pasar por la oficina del parque donde nos asignan a un ranger que nos acompañará armado. Es con la primera tribu que esto ocurre. Pero es más bien un apoyo psicológico, pues poco puede hacer en un poblado con más de 100 hombres (y muchas mujeres) que lleva un fusil al hombro. Por el aprecio que tenga a su vida no creo que se le ocurriera realizar el más mínimo disparo en medio del poblado.
La pista que cogemos poco tiene que ver con las anteriores; es un auténtico barrizal. Sólo la pericia de los conductores y la dureza de los vehículos Toyota que llevamos hacen posible que vayamos avanzando poco a poco. Un poco más tarde comienza de nuevo a llover y mis esperanzas de poder llegar se van tornando cada vez más remotas. Pero poco después deja de llover y podemos continuar. Vamos avanzando penosamente a través de la pista. Por el tiempo que llevamos intuyo que los poblados no pueden estar muy lejos. Por fin, después de varias horas y tras girar en una curva, aparecen de repente un lado del camino varios chicos jóvenes con la cara completamente pintada de blanco. Van completamente desnudos y también tienen parte del cuerpo pintado de blanco. Al final hemos conseguido llegar al territorio mursi, pero aún quedan algunos kilómetros hasta el poblado.
Lo primero que hacen los chicos mursis es subirse a la parte trasera de los todoterreno, agarrados a la baca. Nuestro chofer los ve, para el vehículo y se baja de muy malas pulgas, consiguiendo que se bajen. Pero más adelante alguien de los que íbamos en el coche le avisa de que se han vuelto subir. Nueva parada nuevo rapapolvo para los mursis, que se vuelven a bajar. Así varias vences más. Por fin nos ponemos de acuerdo entre nosotros para no decirle nada o a este paso nunca llegaremos al poblado.
Por el camino vamos encontrando algunos mursis. Tienen un aspecto muy tosco. Varios llevan la cara pintada de blanco y todos un fusil sobre su hombro. También encontramos varias mujeres que portan un fusil. Unos kilómetros después pasamos la empalizada de espinos y palos que rodea al poblado. Nada más bajar del vehículo siento que me agarran dos manos de cada brazo. Son dos mujeres murtsi que no dejan de decir "foto"; casi te exigen que les hagas una foto para sacar dinero. Llevan unos platos enormes en los labios. Son más altas que yo; deben de medir más de 1,80 m, como en todas las tribus del Omo.  Son principalmente las mujeres las que exigen que le hagamos fotos. Los hombres están alrededor con los fusiles al hombro. Muchos y muchas tienen la cara pintada y la situación se asemeja a un ataque de zombies. Más de uno de los del grupo nuestro está punto de perder los nervios, cosa nada recomendable en medio de un poblado de gente armada. En mi siguiente viaje al año siguiente me encontré con un grupo de españoles que habían visitado un poblado mursi por la tarde. Lo habían pasado francamente mal, llegando incluso temer por su integridad física, pues la mayoría de los guerreros estaban borrachos. Me imagino como lo tuvieron que pasar.
Muchas mujeres llevan a modo de adorno cuernos de vaca colgando a ambos lados de la cabeza. Algunas no llevan el plato en el labio y en el orificio que les queda llevan colgando pulseras. Las niñas que aún no han cumplido los 15 años y no les han empezado a perforar el labio, llevan los lóbulos de las orejas perforados con platos mas pequeños. La mayoría de los hombres llevan escarificaciones por todo su cuerpo.
Al cabo de un rato se relaja el ambiente y podemos hacer fotos tranquilamente. Para algunas mujeres de nuestro grupo se produce una situación muy embarazosa. Las mujeres mursi intentan quitarles el sujetador para quedárselo ellas. De nuevo lo peor que se puede hacer es perder los nervios. En otras tribus, como en la de los Karo, ha ocurrido igual. Siempre hay alguien insensato que se lo da. Una vez que lo tengan lo llevarán todo el día puesto y no se lo quitarán, acumulando todo tipo de suciedad.













Las mujeres mursis, cuando aún no les han empezado a perforar el labio, son muy bellas.


Intercambiamos algunos objetos por los platos de arcilla que se ponen en los labios. Yo entrego varias cuchillas de afeitar a los ancianos de la tribu para que los repartan entre los miembros de la misma. Y lo mejor que se puede hacer, ya que si se lo diera alguien en particular se despertarían las envidias y los celos entre los otros miembros. También los entrego algún espejo, que es un bien muy preciado entre todas las tribus para poder pintarse la cara. Es mucho mejor este tipo de regalos que dar dinero, pues el dinero la mayoría de los casos acabará gastado en alcohol. Igualmente, al contrario de lo que hacen muchos turistas, es totalmente desaconsejable entregar caramelos a los niños. Si comen caramelos acabarán teniendo caries y perdiendo los dientes.
La estancia en el poblado toca su fin y subimos a los vehículos para dirigirnos a Jinka. Los mursi me han dejado un vivo recuerdo y al año siguiente, en mi segundo viaje, volvería a visitarlos.

Y a continuación un par de enlaces para sendos vídeos sobre esta tribu.:
En el primero se puede comprobar, al principio del vídeo, el estado de la pista que en aquellos años había que recorrer para llegar a los poblados. Nosotros la encontramos en iguales condiciones que la que aparece en el video.
El segundo enlace es a un vídeo sobre el conga, la lucha practicada en torneos organizados por los mursis y que por desgracia no tuve oportunidad de ver en ninguno de los viajes.


9 dic 2013

PRIMER VIAJE A ETIOPIA: Parque Nacional Mago

Después de visitar el poblado de Korcho continuamos el camino hacia el Parque Nacional Mago. Esta va a ser la jornada más dura de todo el viaje. Al poco de abandonar el poblado se pasa por una zona donde los 4x4 tiene que emplearse a fondo. Nunca he tragado más polvo en mi vida. Aunque todas las ventanillas van cerradas todo el coche se llena de polvo por dentro y tanto la ropa como la cara acaban de color amarillo. Hasta las vías respiratorias y la boca tienen polvo. Todo el parque está infectado de mosca tse-tse, la que produce la enfermedad del sueño. Los mursis tuvieron que dejar de llevar sus ganados a pastar a la zona. Ya lo sabíamos antes de llegar y aunque al atravesar el parque llevamos toda la ventanillas subidas no hay manera de librarse de unos cuantos picotazos. Son unas moscas de color marrón, parecidas a los tábanos y la picadura es igual que la de ellos: no pican sino que muerden produciendo sangre en la picadura. Aunque pudiera existir el temor de contraer la enfermedad del sueño, la verdad es que es bastante raro contraerla. Los guías y chóferes nos tranquilizan diciéndonos que ellos llevan atravesando el parque varias veces al año durante años y ninguno la ha contraído hasta ahora.
En el Parque Nacional Mago hay algunos de los animales más representativos de Africa (leones, elefantes, jirafas, búfalos, etc) pero son muy difíciles de ver, ya que hay pocos. La caza furtiva de las tribus, sobretodo por parte de los Mursis, han diezmado la población de elefantes. De estos sólo conseguimos ver sus excrementos que delatan su paso por allí.  En un momento dado paramos pues hay un grupo de jirafas.  Cada uno se sube donde puede para verlas mejor. Yo me encaramo al techo.


El paisaje es el típico de la sabana africana, con acacias y termiteros. Tras una jornada agotadora llegamos a última hora del día al río Neri, lugar donde hay una zona de acampada. El río baja con bastante corriente y no veo ningún puente por donde cruzar. Tratando de adivinar dónde estará el puente vemos que el primer vehículo pone la tracción a las cuatro ruedas y se dispone a atravesar el río.  Con la fuerza que baja el agua parece que sea una temeridad y que acabará siendo arrastrado. Ante nuestros ojos atraviesa el río sin más contratiempo. Detrás cruzan el resto de los vehículos. ¡Bravo por los hábiles conductores etíopes!


Tras cruzar el río llegamos a la zona de acampada. Es un lugar sin ningún tipo de servicios, sólo una zona donde poner las tiendas. Toda nuestra ropa y nuestro cuerpo está cubierto de polvo. La boca y la nariz igual.
Leones no hemos visto pero por la noche se hacen sentir.  Acuden a beber al río por la noche y oímos sus rugidos. No deben de estar a más de 200 m. Todo el que haya acampado en Africa sabe lo peligroso que es abandonar una tienda de campaña por la noche. Dos días después, en Jinka, también los oiremos, aunque en este caso más alejados.
Al día siguiente realizaremos la visita a una de las tribus más interesantes, los Mursis. Es la tribu más belicosa de todas y las mujeres son famosas por los grandes platillos que llevan en los labios. Aunque de momento tosco es incertidumbre. El acceso a los poblados mursis se realiza por pistas aún peores de las que ya conocemos. Ha estado lloviendo en días anteriores por la zona y las pistas se convierten en un auténtico barrizal. Encontramos algunos grupo que se han tenido que dar la vuelta. Hoy no ha llovido y no sabemos cómo estará la pista. Decidimos intentarlo y si no podemos pues mala suerte; pero sería una pena marcharse sin poder conocer a la tribu más famosa de todas.

8 dic 2013

PRIMER VIAJE A ETIOPIA: Tribu Karo

Después de dos días y medio en Turmi nos disponemos a emprender de nuevo el viaje hacia el Parque Nacional Mago. En el camino visitaremos a la tribu Karo. Los Karo son unos 1000 individuos repartidos en 4 poblados. Están muy emparentados con los Hamer, contrayendo a veces matrimonios entre miembros de ambas tribus. Sus enemigos son los Bume, al otro lado del río Omo por el oeste y los Mursi por el norte. Están en estado de tensión permanente con los pueblos antes citados, muchos más numerosos que ellos. Se dedican al pastoreo y a la agricultura.
La jornada va a ser larga y las pistas mucho más duras de las que hemos tenido hasta ahora. Sin embargo, el paisaje es muy bello; pura sabana africana. Varias veces se observan enormes termiteros.



Tras varias horas llegamos a Murille, un campamento de cazadores (safaris) a orillas del río Omo donde paramos a descansar. El río se encuentra más abajo y alguien advierte de que en la orilla hay un enorme cocodrilo.
Desde Murille visitamos el poblado karo de Korcho. Las vistas sobre el río son espectaculares. En la otra orilla viven los Bume, tradicionales enemigos de los Karo.



Damos un paseo observando la rutina habitual de sus habitantes.











El calor es muy intenso. El poblado se halla en una zona plana sin ningún tipo de árbol. Un chico se acerca tiritando arropado a una manta. Con los más de 40 grados que debe de haber de temperatura ambiente el que ese chico esté tiritando sólo puede indicar de que está sufriendo un ataque de paludismo, como así es.Me pide algo para el dolor de cabeza y le doy analgésicos para todo el día. Darle toda la caja sería una temeridad, pues no puedo explicarle cómo se las tiene que tomar. Se puede tomar la caja entera pensando que va a ser más efectivo. Y no digamos nada de si se la dan a un niño. Si por tomar unas pastillas dadas por cualquiera de nosotros muriese nos veríamos en un grave aprieto.
En esta tribu,  las relaciones sexuales entre jóvenes solteros son libre, pero si nace un niño será considerado mingui, que traerá la mala suerte al poblado, y le abandonarán. También si nace con una deformidad o si le crecen primero los incisivos inferiores. Esto es común a otras tribus, como los Hamer.
Guardo buen recuerdo de la visita al poblado karo. Fueron muy amigables. El siguiente año volvería a pasar por aquí.

Y ahora un enlace a un vídeo sobre esta tribu: