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5 oct 2013

SEGUNDO VIAJE A CHINA: Pingyao


Llego a Pekín procedente de Shanghai de madrugada y al día siguiente por la tarde vuelvo a la estación oeste de Pekín, por tercera vez en este viaje a China, para coger el tren nocturno que me llevará a Pingyao. Es una ciudad a medio camino entre Xian y Pekín cuyo principal interés reside en su parte antigua, la cual data del siglo XIV. Se halla rodeada por una muralla de 6 km de longitud con 72 torres de vigilancia. En Pingyao voy a estar dos días. Me alojo en un hotel tradicional de la parte antigua. 
A pesar de ser bastante visitada por el turismo no está tan enfocada al mismo como otras (por ejemplo Lijiang, Dali o Yangshuo). Pienso que es una visita obligada de cualquier viaje a China.














Cuando al día siguiente cojo el tren nocturno para volver a Pekín, debido a que no había sitio en litera hasta Taiyuán, tengo que ir dos horas en la clase de asiento duro, que no significa que sean asientos de madera si no que es como un autobús, entra toda la gente que quepa en el vagón aunque sea yendo de pié. Tengo la oportunidad reconocer lo que es un auténtico martirio chino. Las dos horas me las tengo que pasar sin poderme mover en el pasillo, al lado de la puerta del aseo, ganándome pisotones de todo el que desea acceder al mismo o pasar por el pasillo. Y ahí algunos pasajeros que logro entenderles que vienen desde Xian así, de pié e igualmente continuarán hasta Pekín, más de 12 horas. La capacidad de adaptación de los chinos no deja de sorprenderme.
Por fin dos horas después, en Taiyuán, puedo pasar a mi ansiada litera y por la mañana de madrugada llego a Pekín.


                                          


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