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20 jul 2013

TERCER VIAJE A CHINA: Dali

Tras varias horas de viaje en el tren nocturno llego a  Dali a primera hora de la mañana, cuando esta amaneciendo. Dali está dividido en dos ciudades, la nueva y la vieja. El tren llega a la ciudad nueva, llamada Xiaguán, que está como a unos 12 o 13 km de la vieja. En la explanada de la estación hay varios autobuses y tras enseñar el hombre de Dali escrito en chino cojo el que me llevará a la ciudad antigua.
Dali se encuentra a orillas del lago Erhai y está habitado principalmente por miembros de la etnia bai. A llegar al hotel tengo el primer contratiempo de mi viaje a China: el hotel que había reservado por internet no encuentra mi reserva. Si me quiero quedar en él tengo que pagar una cantidad muchísimo más elevada a lo cual me niego. Me marcho a buscar un nuevo hotel, lo cual en un sitio tan turístico no supone ningún problema.
Nada más dejar mis pertenencias en el hotel salgo a dar una vuelta para una primera toma de contacto. Me parece un sitio demasiado turístico, con riadas de turistas, sobre todo chinos, por donde quiera que vas. Me recuerda a Yangshuo, la ciudad cercana a Guilin que conocí en el viaje de 2010. Por todos sitios hay cafeterías y restaurantes que ofrecen menús europeos. Nada que ver con la región que visité en la primera parte de mi viaje, el Xinjiang, dónde podían pasar varios días sin encontrarte a un solo europeo.
Muchas mujeres de la etnia bai van vestidas por la calle con los trajes tradicionales.





También todos los días a mediodía se celebra un desfile por la principal calle de la ciudad






Por la calle hay varios puestos donde venden pinchos de insectos para comer. Desde que estuve en Pekín no he vuelto a probarlos. Aquí venden unas brochetas que están deliciosas



Al día siguiente a mediodía tengo que coger un tren que me llevará a la última etapa de este viaje, la ciudad de Lijiang. Cojo de nuevo el autobús que me llevarán desde Dali a Xiaguán. A media tarde tomo de nuevo el tren que en un par de horas me dejará en Lijiang. El paisaje va siendo cada vez más montañosos y muy verde. Se observan pequeñas aldeas y los campesinos trabajando en el campo. 
Al caer la tarde llego por fin a Lijiang. Ya está anocheciendo y desde la estación tomo un taxi que me llevará a mi hotel.

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