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15 jul 2013

TERCER VIAJE A CHINA: Kunming

Tras pasar 3 días en Pekín me encuentro de nuevo en el aeropuerto para dirigirme a Kunming, 2000 km al sur, cerca de Birmania y Laos. Es la capital de la provincia de Yunnan. En esta región se hallan 20 minorías étnicas diferentes.
He leído en Pekín que hay inundaciones en esta región, nada raro en China en esta época y no sé si podré realizar todo lo que tengo pensado. Kunming es una ciudad moderna de casi 2 millones de habitantes. 
Al llegar al aeropuerto está nublado pero no llueve. Sin embargo, nada más acomodarme en el hotel se desata un fuerte aguacero que ya no parará en todo el día. Toda la noche continua lloviendo a mares y, cuando a la mañana siguiente veo que sigue igual, empiezo a plantearme que quizás mi viaje al Yunnan está abocado al fracaso. Por fortuna a mediodía deja de llover y aunque el cielo continua nublado me anima a intentar visitar una de las principales atracciones turísticas; el Bosque de Piedra de Shilin.
Tengo que coger un autobús hasta el Bosque, que se halla a 120 km de Kunming. Me dirijo primero a una estación que se halla al lado de la del ferrocarril y allí me dan a entender que tengo que ir a otra que está en las afueras, pero lo cual debo de tomar un autobús urbano que al cabo de un rato preguntando consigo encontrar.
El viaje hasta el Bosque de Piedra discurre por una autopista y con el alma en vilo observando al conductor: con una mano sostiene el teléfono móvil, por el cual no para de hablar, y con la otra coge el volante, haciendo continuos adelantamientos y cambiando de carril. Afortunadamente llegamos a Shilin sin problemas.
Tras obtener el ticket en taquilla paso al ver el Bosque. Se trata de un proceso kárstico con rocas que sobresalen y dan la impresión de formar un bosque de piedra. El lugar se halla abarrotado de turistas chinos y chicas de la etnia yi actúan como guías de los grupos. Los yi son una etnia de unos 7 millones de personas que viven mayoritariamente en la provincia de Yunnán. El lugar es de gran belleza.








Paso algunas horas en el lugar y tomo el último autobús a Kunming. Llego ya de noche al hotel, lo justo para recoger el equipaje y marchar a la estación de ferrocarril. Tomaré un tren nocturno que me llevará a la siguiente etapa de mi viaje, la ciudad de Dali, a 300 km de allí.

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