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21 jul 2013

TERCER VIAJE A CHINA: Lijiang


Ayer llegué anocheciendo a Lijiang, la última cidad de mi viaje a Yunnán que visitaré. La ciudad antigua está declarada como patrimonio de la humanidad. Es famosa por sus canales y puentes (hay más de 300) y sus casa de madera. Está habitada por la tribu de los naxi.
El hotel se halla en la ciudad nueva, muy cerca del Parque del estanque del Dragón Negro. Salgo a cenar en alguno de los restaurantes con terrazas al aire libre que hay cerca del hotel. En uno de ellos me encuentro con la posibilidad de comer un plato de gusanos de seda fritos y no me lo pienso dos veces. La verdad es que están deliciosos, con un sabor parecido al marisco.




A la mañana siguiente comienzo mi visita en el Parque del estanque del Dragón Negro. Hay grupos de personas practicando taichi, como ocurre en todos los parques de China a primera hora por la mañana.


El parque en sí es una auténtica delicia para pasear y relajarse. La imagen más fotografiada es la de un puente de 8 ojos con la montaña del Dragón de Jade (5598 m) al fondo.



Mucha gente viene ha hacerse fotos aquí vestidos con sus trajes regionales, así como muchas parejas de novios.




También se observan a mujeres naxi vestidas con sus trajes típicos.



Por la tarde aprovecho para conocer la Ciudad Antigua. Está declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Es famosa por el gran número de canales y puentes que posee (354 puentes). Las calles son de piedra y las casas de madera y ladrillos. Al ser un sitio muy turístico hay multitud de tiendas, restaurantes, cafés, etc. Las riadas de turistas no paran de llegar a todas horas. 








Por la noche adquiere una tonalidad especial. Las linternas típicas chinas a las puertas de los establecimientos crean una atmósfera mágica. Dado el dudoso gusto que parecen tener a veces los chinos por las horteradas no falta en medio de la ciudad antigua una discoteca con todas las puertas y ventanas abiertas, con luces de neón y la música al máximo volumen posible. es un atentado a la estética y el buen gusto.




Al día siguiente aprovecho para levantarme muy temprano y recorrer la ciudad antigua casi sin turistas, con las tiendas y cafés cerrados. Así da gusto pasear por aquí. dentro de nada comenzarán a llegar las riadas de turistas y no será lo mismo.










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