VIAJES A CHINA

He realizado cuatro viajes al gigante asiático. El primero fué en 1999 y lo hice dentro de un viaje organizado.  Por aquel entonces no era tan fácil viajar por cuenta propia como en mi segundo viaje, en 2010.

Quedé muy sorprendido con lo que ví en 1999 por el gran desarrollo económico que tenía entonces. Parecería que estábamos en cualquier ciudad de Estados Unidos con sus enormes rascacielos. En contraste con ello, la China rural era tal cual la imaginaba y los paisajes increíbles.

Tuvieron que pasar 11 años para realizar el segundo viaje. Entonces era mucho más fácil viajar en solitario y así lo hice durante un mes, visitando Tíbet, Shanghai, Guilin y Pingyao. La experiencia fué tan positiva que repetí al año siguiente y durante un mes visité el Xinjiang, la región más extensa y remota de China, y Yunnán, la provincia de las minorías étnicas. Un año más tarde de nuevo volví para viajar otra vez a Guilin, Yangshuo, terrazas de arroz de Longji, Suzhou y Monte Huashan.

Este gigantesco país es ideal para viajar por cuenta propia: mucha seguridad; amplia variedad de servicios aéreos, ferroviarios y de autobuses dentro del país; mucho más barato que España; amplia gama de alojamientos; el idioma no es un problema (la mayoría de la población sólo habla chino), etc.

En alguno de los viajes a punto estuve de variar los planes, como en el tercero (2011), cuando un mes antes de ir, con los billetes de avión ya adquiridos, se produjo un atentado terrorista en Kashgar, una ciudad del Xinjiang, la región autónoma más grande de China, situada al oeste, de mayoría musulmana y un mosaico de razas donde predominan los uigures. Estuve dudando hasta el último momento si cambiar el viaje a esa región por otra de China. Al final decidí ir y nunca me arrepentiré de la decisión. Conocí una parte de China que en nada se parece al resto, con unos paisajes de postal y una población amable y hospitalaria.

Espero no sea el último viaje y en el futuro tengo intención de continuar visitando este gran país.