Salí a primera hora de la mañana de Suzhou y he cogido un avión en el aeropuerto de Pudong, en Shanghai, con destino a Xian. Va a ser la tercera vez que estoy en esta ciudad. En mi primer viaje a China (1999 y en el tercero (2011) también pasé por aquí. De momento será sólo para coger un autobús hacia el monte Huashan.
Desde el aeropuerto tomo un autobús hasta la estación de ferrocarril de Xian y desde allí mismo parten los transportes al pueblo de Huashan, situado a unos 130 km de Xian. Cuando llego a Huashan ya está anocheciendo y voy directamente al hotel.
El monte Huashan está considerado una de las cinco montañas sagradas del taoísmo. Consta de cinco picos, siendo el más alto el Pico Sur, de 2160 m. En la cima existen varios templos taoístas y también algunos hoteles. El acceso se realiza través del pico del Norte. Se puede subir en telesférico o directamente a pie. Yo realizaré la ascensión a pie. El sendero es como una gigantesca vía ferrata, con escalones tallados en la piedra y cadenas para agarrarse. He leído que desde abajo hasta la cima hay tallados unos 10.000 escalones.
El monte recibe un millón y medio de visitantes al año y se producen unos 100 accidentes mortales. Pienso que esto será debido a la gran acumulación de personas que se producen en pasos estrechos y complicados.
El camino es muy fatigoso pero con atención se puede subir sin problemas. Eso sí, cualquier traspiés o resbalón puede tener consecuencias fatales.
Las vistas son espectaculares
Una vez arriba hay templos, hoteles (muy pequeños) y sitios para comer.
Hay pasos muy estrechos, como el sendero del Dragón Negro, con apenas 80 cm de ancho y vertiginosas caídas hacia ambos lados. El cruce entre las personas que suben y las que bajan crea situaciones en las que hay que andar haciendo auténtico equilibrio.
Hola llamada Garganta de los 100 Escalones, un tramo de escalones tallados en la roca completamente vertical.
La última parte de la bajadas la hago ya de noche, con la linterna frontal. Al ser fin de semana una riada de gente emprende la subida. Es muy común que haya gente que haga el camino de noche para ver amanecer en la cima.
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