He salido de Guilin a primera hora de la mañana en avión hacia Shanghai. Tras aterrizar en el aeropuerto de Hongqiao (uno de los dos que tiene Shanghai), me dirijo a la estación de tren que hay en las misma terminal para coger un transporte a Suzhou.
Suzhou se halla a 111 km de Shanghai. Tiene casi 10 millones de habitantes y es una de las ciudades más turísticas de China. Un proverbio chino dice: "En el cielo está el paraíso y en la tierra están Suzhou y Hangzhou". Es famosa por sus jardines, siendo la ciudad china que más jardines conserva, la mayoría pertenecientes a casas particulares. Están considerados Patrimonio de la Humanidad. Los elementos de los jardines chinos son: roca, agua, pabellones y plantas. También es famosa por sus canales y es conocida como la "Venecia China".
Estuve en ella en mi primer viaje a China, en 1999, y guardé tan buen recuerdo que he decidido volver. Tras dejar el equipaje en el hotel salgo a dar una vuelta. Está ya anocheciendo y los canales iluminados.
El día siguiente lo dedico a visitar los jardines, que ya conocía del primer viaje, pero siempre es agradable volverlos a ver. Uno de los más famosos es el Jardín del Administrador Humilde, del siglo XVI. Es uno de los más grandes.
El resto del día lo dedico a callejear entre sus canales y a dar un paseo en barco.
Tras estos dos agradables días en Suzhou regreso de nuevo en tren a Shanghai. Desde la estación del aeropuerto de Hongqiao cojo el metro para, atravesando toda la ciudad, llegar hasta la estación del Maglev, el tren de levitación magnética que me llevará al aeropuerto de Pudong, situado a 30 km, en 7 minutos. Ya cogí este tren dos años antes en mi segundo viaje a China. Alcanza 431 km/h. En Pudong tomaré un avión a mi siguiente destino, Xian.
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